La familia Simpson es una familia peculiar. Un hijo cuya única aspiración es crear conflictos; una hija pedante con serios problemas emocionales; una esposa con una melena de color azul de más de medio metro (de alto) y con una sangre tan fría que por muchos problemas que le dé la familia nunca se enfada. Y un marido... excepcional: vago, inculto y alcohólico. La única que parece salvarse es la pequeña Maggie.
Son la viva imagen de la familia típica americana llevada a los máximos extremos.
Esta serie creada por Matt Groening disfruta de un éxito rotundo en el mundo entero.
La historia empieza el día en que Homer Simpson, torpe y disparatado, se declara a Marge, una joven alta de pelo azul. Por alguna extraña razón, ella lo acepta. Homer y Marge se casan en Las Vegas y, poco después, Homer entra a trabajar en la Central Nuclear de Springfield, donde desempeña el cargo de inspector de seguridad.
El primer hijo del matrimonio es el famoso Bart que nace un 28 de diciembre y empieza su carrera de gamberradas en el mismo hospital. Para celebrar su aniversario de bodas, Marge y Homer vuelven a Las Vegas, la ciudad donde se casaron. Homer se gasta un dineral en las máquinas traga monedas, con lo que tienen que quedarse una semana más fregando platos para pagar los gastos del hotel. La 2ª luna de miel del matrimonio Simpson tiene lugar en las cataratas del Niágara. Por supuesto, Homer se cae en ellas y tardan varios días en encontrarlo. Fue inolvidable. La siguiente en llegar a la familia es Lisa, una chica muy inteligente, lo más opuesto a su hermano Bart.
La tragedia de la muerte de Snowball, el gato de la familia Simpson, conmociona a todos, especialmente a Lisa que sufre un gran impacto. Esta pérdida se supera con la llegada de la pequeña Maggie. Al principio, a sus hermanos no les hace mucha gracia, pero pronto se acostumbran.
Esta es, a grandes rasgos, la historia de una familia que nos hace reír día a día con sus increíbles aventuras en Springfield.
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